Educación para aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, y aprender a ser.
Biblioteca Escolar: centro de recursos para el aprendizaje y la alfabetización informacional.
Utilizar las TIC para formar a los usuarios y formar a los usuarios para su utilización.
 

Síntesis de conceptos en torno a la Formación de Usuarios en Bibliotecas Escolares

martes, 14 de diciembre de 2010



Presentación realizada mediante el software Microsoft PowerPoint para el Seminario de Formación de Usuarios de la carrera de Bibliotecario Escolar en la Universidad Nacional de Mar del Plata.

La alfabetización informacional como tema transversal

domingo, 12 de diciembre de 2010

En el contexto de la Sociedad de la Información las relaciones con los textos y el aprendizaje, entre otras cosas, se han visto modificadas sustancialmente. Con ello ha quedado en evidencia la necesidad de hacer hincapié, desde la escuela y desde la biblioteca, en lo que se ha denominado “aprender a aprender”. Esta idea implica que los alumnos - usuarios de la información sean capaces de manejar dicha información de forma autónoma, buscándola, seleccionándola, utilizándola, transmitiéndola, evaluándola, creando conocimientos.
Es en este marco en el que surge el concepto de Alfabetización Informacional, que Cuozzo, Ladrón de Guevara y Verde (2007) definen como “la adquisición de habilidades y destrezas para reconocer cuándo la información es necesaria, y cómo localizarla, evaluarla, usarla y comunicarla de forma efectiva en el momento que se requiere”.
Por lo tanto el desarrollo de habilidades de pensamiento y de competencias en la utilización de tecnologías de información y fuentes de información en general constituyen aspectos imprescindibles dentro de lo que denominamos Alfabetización Informacional.

Según la ACRL (Association of College and Research Libraries) una persona se considera alfabetizada informacionalmente cuando es capaz de:
  • Reconocer una necesidad de información.
  • Determinar el alcance de la información requerida.
  • Acceder a ella con eficiencia.
  • Evaluar la información y sus fuentes.
  • Incorporar la información seleccionada a su propia base de conocimientos.
  • Utilizar la información de manera eficaz para acometer tareas específicas.
  • Comprender la problemática económica, legal y social que rodea al uso de la información.
  • Acceder a la información y utilizarla de forma ética y legal.
  • Clasificar, almacenar, manipular y reelaborar la información reunida o generada.
  • Reconocer la alfabetización en información como requisito previo para el aprendizaje a lo largo de la vida.

De este modo, tanto desde la escuela como desde la biblioteca es imprescindible trabajar en conjunto en un programa de Alfabetización Informacional como eje transversal a todas las áreas, enseñando a aprender, formando para la vida.


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Fuente:
  • CUOZZO, Gabriela del Valle ; LADRÓN DE GUEVARA, María Carmen ; VERDE, Marcela Beatriz. “Alfabetización informacional”.— En su: La biblioteca escolar : usuarios y servicios.— Buenos Aires : Alfagrama, 2007.— p. 35-67.

El usuario en la biblioteca escolar: señalización, localización, orientación en el uso de los recursos

sábado, 11 de diciembre de 2010

Señalización
La señalización es percibida por el usuario al ingresar en la biblioteca, y tendrá un papel fundamental en su orientación, ya que a través de la comunicación visual le permitirá acceder a los servicios más rápidamente, como así también desplazarse con más seguridad dentro del centro. Básicamente, la señalización debe informar sobre tres aspectos: ¿Dónde ir? ¿Cómo ir? ¿Cuándo ir?
La organización y presentación de esta información se denomina señalética. En lo que respecta al panorama conceptual, existen distintas interpretaciones y valoraciones sobre su significado desde un enfoque bibliotecario. Según Sánchez Avellaneda (2005), se trata de un “proceso fundamental para la consecución de la comunicación visual entre la información bibliográfica, el gestor y los beneficiados”. Más allá de los distintos significados se destaca como elemento identificador y orientador en las instalaciones de la biblioteca, e implica el diseño, la elaboración y la colocación de un sistema de signos especiales en dicho espacio. Estos signos deben garantizar el acceso directo, rápido y autónomo a los recursos, orientando de este modo las acciones de los usuarios.
La señalización ha de ser concebida como un factor de identidad de la organización, variando de acuerdo a las necesidades de cada centro, y contribuyendo a la creación y mantenimiento de la identidad visual de la biblioteca. Por lo tanto las señales de identidad deben ser propias e identificativas, distinguiéndose de las de otros centros, y centralizándose en dos aspectos: uniformidad y comunicación. Dichas señales deben ser coherentes y uniformes, para facilitar su identificación, teniendo en cuenta además que constituyen una expresión activa del lugar y, en cierta forma, una tarjeta de presentación para los usuarios que acuden por primera vez.

Entre las señales fundamentales a incluir dentro de la biblioteca cabe destacar:
  • Vías de acceso.
  • Horario de servicio.
  • Información de los tipos de servicio.
  • Indicaciones normativas.
  • Circulación espacial en áreas, etc.
Las finalidades de las señales incluyen:
  • Acceso a la biblioteca. Se trata de la señalización de ubicación (planos, directorios, signos direccionales, signos de identificación), como de la señalización de contenido y la señalización normativa.
  • Conocimiento de las instalaciones y recursos.
  • Uso de instalaciones y servicios. Se refiere a la señalización de localización (planos de planta, indicadores direccionales, indicadores de estanterías) y también a señalizaciones de contenido y normativas.
  • Utilización autónoma en la búsqueda de información.
Entre los factores que deben ser considerados en el proceso de selección, creación y adaptación de un sistema de señales para bibliotecas se destacan:
  • Función, en la que influyen factores como el campo de visión, la agudeza visual, la legibilidad y capacidad de lectura, la relación figura-fondo, el color, etc.
  • Mantenimiento, en lo que respecta a colocación de las señales, protección o conservación.
  • Apariencia, relacionada con el estilo e identidad corporativa.
  • Coherencia, ya que se trata de un elemento vinculado a la uniformidad.
  • Lógica, es decir, presentación congruente y ordenada.
  • Terminología, caracterizada por ser monosémica, inequívoca, clara, coherente y sin ambigüedad.
  • Ubicación, colocada en puntos clave.
  • Claridad y precisión en los mensajes.
  • Diseño, realizado por un profesional en diseño gráfico junto con el personal bibliotecario.
  • Flexibilidad para realizar cambios.
  • Universalidad, de modo que las señales puedan ser reconocidas por todos.
Orientación
La primera vez que un usuario ingresa a la biblioteca necesitará informarse sobre una serie de cuestiones puntuales que Monfasani y Curzel (2006) sintetizan en la siguiente lista:
  • Qué servicios ofrece la biblioteca o cómo funciona un servicio determinado.
  • En qué horario se pueden realizar las consultas.
  • Qué tipo de recursos ofrece la biblioteca.
  • Cómo encontrar un libro y otro tipo de documentos.
  • Si puede acceder a computadoras para hacer trabajos académicos.
  • Si hay servicio de internet.
  • Adónde dirigirse para ampliar la información.
  • Cómo conseguir el material que no se encuentra en la biblioteca.
  • Cómo asociarse.
  • Cuáles son las reglamentaciones y normativas.
Estos requerimientos deben ser satisfechos por el personal bibliotecario, que estará atento y dispuesto a informarlo sobre estas cuestiones. A dicho personal le corresponde la entrega de cualquier material impreso que le sea de utilidad para orientarse, como así también la respuesta a las preguntas que puedan surgirle sobre los recursos y servicios que la biblioteca ofrece.



(Créditos de la imagen)



Fuentes:
  • MONFASANI, Rosa Ema ; CURZEL, Marcela Fabiana. "Formas para formar".— En su: Usuarios de la información : formación y desafíos.— Buenos Aires : Alfagrama, 2006.
  • SÁNCHEZ AVELLANEDA, María del Rocío. “La señalización en las bibliotecas”.— Señalética : conceptos y fundamentos : una aplicación en las bibliotecas.— Buenos Aires : Alfagrama, 2005.— p. 61-100.

Buenas prácticas en las bibliotecas escolares

viernes, 10 de diciembre de 2010

No es cuestión de fondo, sino de forma. Una biblioteca escolar puede ser la depositaria de un increíble y numeroso fondo de libros y otros materiales de información, pero si no es capaz de encontrar la forma de que estos contenidos sean apreciados, valorados y utilizados correctamente por los alumnos del centro, la biblioteca no tendrá razón de ser.

Clubes de lectura, concursos, certámenes y otros proyectos o actividades desarrolladas en el entorno de la biblioteca pueden conseguir que ésta se convierta en uno de los mejores recursos formativos de un centro educativo.

Y es que es fundamental que los centros educativos refuercen el papel que representa la biblioteca escolar en su dinámica de enseñanza-aprendizaje, transformándola de mero contenedor de libros para préstamo y lectura en una herramienta educativa efectiva como el aula.

Ideas para bibliotecas

Mejorar y actualizar las colecciones y su organización o incorporar las tecnologías de la información para facilitar la labor bibliotecaria son algunas de las actuaciones básicas que cualquier biblioteca escolar debe realizar para convertirse en una herramienta útil para la comunidad escolar.

Igual de importante es que incluya dentro de su plan actividades y proyectos destinados a alumnos padres y profesores que consigan de manera directa y atractiva fomentar el placer por la lectura en las nuevas generaciones.

De los distintos proyectos ganadores en varias ediciones del Concurso Nacional de buenas prácticas para la dinamización e innovación de las bibliotecas y de otras actividades propuestas por diversos centros educativos, hemos seleccionado aquellas ideas genéricas fundamentales que cualquier biblioteca escolar puede poner en práctica:

Informar: si no saben qué pueden leer, no leerán. ¿De qué sirve tener una colección cada vez más amplia si no se informa sobre ella? Para hacerlo las bibliotecas cuentan con un buen número de recursos: elaborar guías trimestrales con las novedades que se han incorporado y una breve reseña, utilizar un tablón para listar los fondos que se incorporan, mantener a los padres y profesores informados de las lecturas recomendables para los alumnos de cada edad o colocar en un expositor en la biblioteca aquellos los títulos más leídos por edades en forma de un "top ten", son algunas ideas para que la falta de información no sea la causa de que los alumnos no lean.

Celebrar: cualquier ocasión es buena para celebrarla con libros. Por qué no recopilar todos los títulos de un autor cuando se cumpla una fecha significativa en su biografía, elaborar una hoja informativa y distribuirla entre los alumnos para animarles a conocerlo; o celebrar el aniversario de un acontecimiento con literatura, por ejemplo, siete décadas de la II Guerra Mundial a través de los libros que hablan de ella.

Implicar a los alumnos: hacerles participes de la biblioteca ayuda a que se identifiquen con ella y su actividad.

Una idea puede ser formar ayudantes de biblioteca que aprendan a ejercer la labor bibliotecaria.

También se les puede hacer partícipes convirtiéndolos en críticos literarios a través de una hoja de opiniones que se incluya en los títulos; creando un buzón de sugerencias donde puedan recomendar lecturas que pueden ser interesantes para los demás alumnos, o haciéndoles traer su libro favorito y explicárselo a sus compañeros.

Implicar a las familias: en el entorno del hogar debe existir una predisposición hacia la lectura para crear el hábito lector en los niños, la familia debe ser un actor activo de los proyectos bibliotecarios.

El carné de lectura familiar es una buen recurso para ello, en él la familia debe marcar cada mes las lecturas realizadas con los hijos en casa o en las bibliotecas externas y al finalizarlo recibirán un diploma.

Otra forma de implicarse es a través de la participación en clubes o sesiones especificas organizadas por las bibliotecas, como "club de las mamas lectoras", "la semana de los padres bibliotecarios", etc.

Concursos y premios: hacerles merecedores de un obsequio o diploma reconocedor de su esfuerzo es una de las mejores maneras de incentivar a los alumnos.

Un concurso gráfico para crear una mascota para la biblioteca, realizar un concurso de pistas literarias, colocando citas de libros en tablones que los alumnos deben identificar, o un premio al que sea capaz de encontrar la mayor bibliografía sobre un tema son algunas opciones que también pueden ser calificativas en la evaluación del profesor de determinadas asignaturas.

Relacionarse: tener un buen canal de comunicación establecido con distintas entidades puede ayudar a mejorar y activar una biblioteca.

Esto se puede conseguir contactando con fundaciones o asociaciones relacionadas con la literatura para estar informado de cualquier novedad en ese ámbito y poder estar actualizado, o estableciendo acuerdos con editoriales, librerías u otras bibliotecas que resulten beneficiosos para el destinatario final: el alumno.


Reproducido de:

A través de:

La recuperación de información: índices, metabuscadores

jueves, 9 de diciembre de 2010

Índices temáticos
Los directorios o índices temáticos son listas de recursos en los que la información se presenta organizada por temas y en una estructura jerárquica. Dicha estructura se asemeja a la de un árbol, que en sus ramas superiores contiene los temas más generales, mientras que en las inferiores sitúa a los más específicos. Las categorías brindan un listado de vínculos a páginas que aparecen referenciadas en el buscador, y cada vínculo contiene a su vez una descripción sintética de su contenido.
Estos índices, a diferencia de los buscadores, son elaborados manualmente, es decir, por personas reales que efectúan la selección, clasificación e indización de los recursos, los cuales han sido sometidos a un proceso de selección de calidad. Los usuarios tienen la posibilidad de buscar información utilizando los distintos niveles de especificidad, sin la necesidad de formular con términos su consulta. De este modo, los directorios son una opción indicada en aquellos casos en que es necesario realizar búsquedas generales o encontrar información disponible sobre un tema amplio.

Entre los directorios más populares se encuentran:

Metabuscadores
También denominados multibuscadores o megabuscadores, son llamados “buscadores de buscadores”. Al no contar con una base de datos propia, combinan los mejores resultados de búsqueda de distintos buscadores, para encontrar la información solicitada por los usuarios.

Ventajas:
  • Amplían el ámbito de búsquedas, arrojando una cantidad mayor de resultados.
  • Permiten evaluar la relevancia de cada página encontrada, al mostrar su posicionamiento en los buscadores.
  • Aportan distintos puntos de vista sobre dicha relevancia, ya que cada metabuscador emplea una estrategia de búsqueda propia para el ordenamiento de los resultados.
Desventajas:
  • Distintos buscadores cuentan con diferentes sintaxis de búsqueda, de modo que en el caso de buscar información muy específica será conveniente emplear aquellos buscadores de los cuales el usuario conozca la sintaxis.
  • El criterio empleado para la ordenación de resultados no es muy claro.
  • Las búsquedas suelen demorar más tiempo que en un motor de búsqueda estándar, ya que necesitan consultar diversas fuentes antes de arrojar los resultados.
Estos son algunos de los metabuscadores más conocidos:



-Click en la imagen para ampliar-
(Créditos del mapa conceptual)


Fuentes:

Las tecnologías en la promoción de la biblioteca: posters, presentaciones, folletos

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Posters
Un poster científico es una representación gráfica ampliada que presenta de manera atractiva los aspectos más relevantes de un proyecto o investigación, posibilitando la transmisión clara y concisa de su contenido. Funciona como un soporte visual que favorece la presentación de la información de un modo en que no siempre puede expresarse oralmente, captando la atención de los lectores y facilitando la recepción del mensaje. Además, permite el comentario de sus contenidos, el intercambio de opiniones, etc.
En términos generales, cuenta con la siguiente estructura: título; autor(es); centro(s); introducción, hipótesis y objetivo; metodología (materiales y métodos); resultados; y conclusiones. Para la confección de su contenido y su presentación será importante tener en cuenta qué se desea transmitir a través del poster y cómo se estructurará la información. Por lo tanto para comenzar será necesario disponer de un texto a modo de resumen y determinar qué imágenes, tablas u otros elementos se incorporarán.
Entre las características del poster cabe mencionar:
  • Es comprensible por sí mismo, sin necesidad de recurrir a otra fuente.
  • Contiene únicamente los puntos esenciales de la información a transmitir.
  • Posee una extensión limitada.
  • Es claro y conciso, compuesto por frases cortas y palabras seleccionadas cuidadosamente.
  • Puede incluir tablas o figuras y referencias bibliográficas.



Algunos ejemplos de posters:





Presentaciones
Una presentación es una manera estructurada de mostrar la información para cuya creación se emplea un software específico, generalmente Microsoft PowerPoint, aunque existen también otras alternativas entre las que se destaca OpenOffice Impress.
Las presentaciones ofrecen numerosas ventajas, como la posibilidad de integrar información en diapositivas valiéndose de textos, imágenes, sonidos y videos, de modo que la forma de transmitirla se ve enriquecida, generando una verdadera experiencia multimedia. Para que esto sea así, deben tenerse en cuenta algunos detalles:
  • Ser concreto, no emplear demasiadas diapositivas.
  • Utilizar las animaciones y transiciones con discreción.
  • Seguir un criterio estético en cuanto a tipografías, paleta de colores, etc.
  • Aprovechar las plantillas que el software ofrece.
  • No llenar demasiado las diapositivas, ni incluir en ellas todo lo que va a exponerse.
  • Promover la participación de la audiencia.
  • Estar preparado para cualquier eventualidad que pueda presentarse con el uso de la tecnología.

Algunos ejemplos de presentaciones:





Folletos
Un folleto puede ser la carta de presentación de una organización, y un excelente medio para difundir sus actividades, productos y servicios. Se trata de un documento de tipo descriptivo, cuya extensión es breve, y que se caracteriza por un contenido informativo y persuasivo.
Existen distintos tipos de folletos, entre los que podemos mencionar:
  • Volantes o folletos de una sola hoja, simple o doble faz.
  • Dípticos, o folletos obtenidos al plegar en dos una hoja, cuya información se distribuye en paneles internos y externos.
  • Trípticos o folletos en tres partes, que incluyen tres paneles internos y tres externos y pueden contener mayor cantidad de información.



Estos documentos pueden diseñarse utilizando diversas aplicaciones informáticas, que deberán seleccionarse con cuidado de acuerdo con las competencias requeridas por los usuarios para su manejo. Usualmente Microsoft Publisher constituye una opción simple y que arroja buenos resultados, o su alternativa libre, OpenOffice Draw.



Algunos ejemplos de folletos:
fuentes_folleto

Biblioteca Pública del Estado de Las Palmas - Agenda de Junio


Fuentes:

El modelo Big6 para la solución de problemas de información

martes, 7 de diciembre de 2010

De acuerdo con Rosa Monfasani y Marcela Curzel (2006), el modelo Big 6 consiste en “un proceso sistemático de solución de problemas de información a través de la adquisición de competencias en el manejo de la misma apoyado en el pensamiento crítico”.
Este modelo de aprendizaje por proyectos, creado por Michael Eisenberg y Bob Berkowitz, permite desarrollar competencias en el manejo de la información, a partir de las seis áreas de habilidades en las que está estructurado:




(Créditos de la imagen)


Con el objetivo de involucrar a los participantes en actividades de aprendizaje más activas y autodirigidas, se aconseja su implementación a partir de temas que se relacionen con las habilidades, de modo que puedan ser aplicadas. Entregándoles las herramientas para buscar, seleccionar, construir y evaluar información, ellos podrán enfrentar los desafíos que plantean el volumen y la heterogeneidad de la información en el contexto de la Sociedad del Conocimiento.
En el caso de la biblioteca escolar, el rol del bibliotecario formador será el de nexo: actuará identificando las fuentes y recursos pertinentes para orientar a los alumnos en la búsqueda de la información que necesitan. Con el transcurrir del tiempo, ellos serán capaces de determinar aquella acción que concuerde con las habilidades presentadas por el modelo. Así comprenderán el valor de las mismas para resolver sus problemas de información, convirtiéndolas en destrezas permanentes.

Fuentes: